Desde los comienzos del cristianismo como secta del judaísmo hasta la alta edad media se representaba el espíritu santo como mujer. En esta época, se mantuvo la esencia “femenina” de Dios, como se refleja en las Sagradas Escrituras; podemos verlo mediante una traducción precisa del relato de Creación:
“El Espíritu de Dios aleteaba sobre el agua.” (Gn 1,2).
La palabra hebrea “ruach” para Espíritu es femenina, la palabra que se traduce comúnmente por “aleteaba” también se puede interpretar como “incubaba” o "gestaba". Por consiguiente, el segundo versículo de la Biblia sería así:
“El Espíritu (femenino) de Dios incubaba sobre el agua.”
También hay otros ejemplos más claros lo encontramos en el evangelio apócrifo de Felipe:
«Unos decían: “María ha concebido del Espíritu Santo”. Se equivocan. No saben lo que dicen. ¿Cuándo una mujer ha sido jamás embarazada por una mujer?... » (Felipe 17,1)
Además en las fotografías anteriores son dos representaciones medievales del espíritu como mujer
La primera de una iglesia de Urschalling (Alemania). Una imagen del Dios trinitario, pintado en la pechina entre dos arcos de bóveda. el Padre de blancos cabellos y el Hijo rubio muy similar al rostro del Padre. Pero en el centro el Espíritu Santo está representado de forma inequívoca como una mujer joven.
La segunda una representación en el Códice Scivias. En este caso la Trinidad está representada como un anillo plateado, que genera luz, rodea a un círculo áureo, en el que giran
llamas rojas permaneciendo en el centro una mujer.
• Dios: la luz.
• El Hijo: el fuego.
• El Espíritu Santo: la figura femenina.
lunes, 23 de mayo de 2016
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